martes, 24 de noviembre de 2015

Establecer objetivos en un programa

A la hora de elaborar un programa el primer paso debe ser la justificación, ya que es lo que va a servir para aceptar tanto la viabilidad como la necesidad del mismo. Cabe, por tanto, plantear si es una demanda de los usuarios (hay un número mínimo y significativo de usuarios que lo solicitan), da respuesta a una necesidad detectada o si es un beneficio que los profesionales consideran que puede ser útil, aunque los usuarios no  lo soliciten expresamente.

De todos modos, una vez conocido el propósito del programa, es pertinente establecer objetivos.

Hay varias maneras de plantearlos, pero en general se suelen clasificar de la siguiente manera:

·        Un objetivo principal. Uno, a ser posible, que por sí mismo explique el propósito del programa

·        Objetivos específicos: dos o tres. Son objetivos secundarios, complementarios al general o  acciones concretas para lograr el objetivo general.

·        Objetivos operativos: son las acciones cuya consecución determina el cumplimento del objetivo general o los objetivos específicos. Los objetivos operativos debe ser:

-         Medibles. Importantísimo. Debe poder calcularse, puesto que debe ser un indicador cuantitativo, una prueba objetiva que demuestre esa evidencia. Se puede expresar con números y símbolos (marcar con una X; todo o nada 0 y 1; del 0 al 1, del 1 al 5…), se pueden medir en valores estandarizados (números enteros, medidas de tiempo, de longitud…) y es observable físicamente: en un documento, con un objeto en el espacio o en la conducta.
-         Inequívocos. El criterio para medirlo debe ser el mismo para cualquier profesional que lo observe. Es claro y deja poco margen para la interpretación subjetiva.
-         Pueden temporalizarse a corto, medio o largo plazo, especificando en cada caso el tiempo de dicho plazo (ej.: cuando acabe la actividad dentro de un año, a los seis meses, desde el primer día…)
-         Deben conseguirse mediante los indicadores: son los datos que corroboran el cumplimiento o no del objetivo, las evidencias. Ejemplos:
o       Asistencia. Indicador comúnmente utilizado. Es una evidencia que aún así permite la posibilidad de registrar tanto las asistencias como ausencias justificadas y motivos, si son significativos, por ejemplo.
o       Participación. Se puede medir con indicadores como: realiza la actividad indicada, participa en la conversación, permanece el tiempo que dura la actividad…
o       Frecuencia de una conducta, nº de veces que realiza cierta conducta.
o       Logros de tareas específicas, que deben estar descritas con claridad.
-         Deben ser cumplidos por el usuario. Debe también, por tanto, ajustarse a sus necesidades. En caso de que el objetivo lo tenga que conseguir el profesional, indicarlo.

Es recomendable:

-         No demasiados: es más probable cumplir objetivos sencillos que demasiado ambiciosos. Siempre hay tiempo para modificar o incluir los objetivos y buscar otras metas. Entre 3 y 5.
-         Evitar objetivos demasiado genéricos, como mejorar el autoestima, a no ser que sea un objetivo general o específico. No se puede medir y se basa en la percepción subjetiva.
-         Diseñar objetivos que sean fáciles de detectar y que los datos puedan recogerse de forma sencilla y ágil. Si hay que registrar demasiada información el profesional puede perder muchos datos. Además, puede facilitar que la evaluación también sea más sencilla.
-         Usar fórmulas como: “Que el usuario sea capaz de…”, que nos pueden aportar una visión clara de lo que podemos conseguir de forma realista.
-         Usar esquemas para diseñar los objetivos de forma coherente y global.

Esta es una visión estándar basada en experiencia clínica. Aquí hay algunos enlaces, aunque no son específicos de TO ni Rehabilitación Psicosocial:



Gracias, espero que sirva de ayuda. Se aceptan comentarios.